Norberto Firpo debe de ser descendiente directo de los brujos y druidas que contaban historias a sus clanes junto a las hogueras del invierno. Alguno de sus ancestros debe de haber recorrido plazas y retablos en el camino de Santiago y sembrado leyendas con sus artes de juglaría.
Dueño de experiencias singulares y de puntos de vista que amarían Jerome K. Jerome y Luis Buñuel, Norberto Firpo combate a palabra limpia (desde hace quince años) en su columna dominical “Rigurosamente incierto” que publica el diario La Nación.
Este libro, homónimo, está compuesto por una selección de esas entregas periódicas, revisadas y despojadas de circunstancias pasajeras. Firpo las convierte así en textos burbujeantes a veces, otras un tanto ácidos, siempre vigentes, que atrapan al lector, lo enfrentan con sus propias vivencias y ayudan a plancharles la mufa. Rigurosamente incierto es la lección de literatura de un maestro del periodismo.
Este libro, homónimo, está compuesto por una selección de esas entregas periódicas, revisadas y despojadas de circunstancias pasajeras. Firpo las convierte así en textos burbujeantes a veces, otras un tanto ácidos, siempre vigentes, que atrapan al lector, lo enfrentan con sus propias vivencias y ayudan a plancharles la mufa. Rigurosamente incierto es la lección de literatura de un maestro del periodismo.
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