viernes, 7 de mayo de 2010

Rigurosamente Incierto - Un poco de cultura



Tratar de esbozar aquí la augusta personalidad de Rodoendro Peribáñez es malgastar espacio. ¿Quién no conoce a tan prestigioso escritor? ¿Quién no se ha deleitado con su novela Los hombres que tenían fantasías inconfesables en cuanto le echaban el ojo a una señorita más o menos opípara , y quién no ha compartido las crueles vicisitudes que debía afrontar la heroína de La chica que soñaba con una hamburguesa con bastante ketchup y un bidón de sopa de chauchas ?
Los libros de Rodoendro Peribáñez han sido traducidos a setenta idiomas (e inclusive, por las dudas, a tres lenguas muertas), de manera que resulta ocioso ocupar siquiera otro par de líneas en la exaltación de sus méritos.
Hay que decirlo de una vez: sus habituales arrebatos coléricos y su retorcida personalidad no menoscaban sus méritos de literato. En suma, por algo Peribáñez es quien es en el mundillo a veces un poco sabandija de las letras contemporáneas.
Por lo tanto, baste decir que Rodoendro Peribáñez engalana con su presencia casi cotidiana la edición número 36 de nuestra Feria del Libro. Anteayer, con la misma sinceridad con que tres semanas atrás le dijo a Gabriel García Márquez que sus corbatas le parecían francamente horribles, aceptó un breve diálogo, en el que aludió a ciertos asuntos que juzga preocupantes.
¿Qué asuntos, más concretamente? He aquí lo que respondió, mientras mojaba vainillas en su cuajada con chuño, en un bar próximo a la Sociedad Rural de Palermo.
"Vea: me preocupa el hecho de que la República Argentina, que por tantísimos años fue uno de los más luminosos faros de la cultura americana, padezca hoy tan estrepitosa decadencia? La enseñanza escolástica desnuda un enorme deterioro, la literatura se ha vuelto un bien suntuario, muchos jóvenes han sido ganados por la chabacanería y casi todos han reducido su vocabulario a no más de trescientas palabras y a una veintena de palabrotas? Vea: creo que semejante pobreza ha vuelto todavía más robusto, y por lo tanto más agresivo, al virus de la marginalidad intelectual? Una encuesta que este diario encomendó a Gallup, hace dos años, permitió certificar que el 55 por ciento de los argentinos era incapaz de mencionar a un solo escritor que creyera importante, y que el 58 por ciento admitía, sin mucha culpa, no haber leído un libro en los doce meses precedentes? En fin, me parece que esa tendencia se ha agudizado."
Peribáñez fue siempre criticado por eso de ser un sujeto controvertido, un meterete pérfido, siempre dispuesto a hundir el dedo en llagas ajenas. Pero, burlón a rajatabla, aprendió a retrucar a quienes le formulan tales reproches: "Es la cultura, estúpido", suele espetarles, parafraseando al marido de Hillary.
©LA NACION

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